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BACK TO THE DROVE #2
Drove tuvo demasiados éxitos desde su salida de colección de snapbacks, ya que desde ese momento todo fue en crecimiento, artistas de talla nacional e internacional vestían la marca, las ventas estaban por los cielos, las campañas fueron bastante acogidas por la comunidad, tales como sexy drove, mayoristas, Drove skateboarding, los blogs etc… Para agregarle las colecciones manejaban conceptos que hacían enloquecer a la comunidad, las cuales generaban ventas increíbles tanto en el sitio web como en la tienda física.
No todo serían alegrías, ya que empezaron a surgir varias problemáticas en cuanto la administración de las ventas, puesto que no había un gran conocimiento en el manejo gerencial ni financiero, que también se sumarían a distintos errores a la hora de confección y estampación, todo esto volviéndose una bola de nieve que empezó a crecer, tanto que al cabo de un año Andrés el diseñador gráfico decide dejar la marca, (aclarando que no se presentaron problemas debido a esta decisión) después de tantas dificultades la desesperación de hacer algo con la marca era cada vez más densa.
En este momento de debilidad llega una persona interesada en comprar la marca, ya que se dio cuenta de la inactividad de la misma, en ese momento el pensamiento dentro de DROVE era que podría ser una buena idea para no dejar morir un proyecto tan grande y tan importante, un proyecto más allá de una marca de ropa y justo por esto fue que la marca no se vendió.
Con este tipo de problemas lo que más se veía era que DROVE iba a terminar, pero en una última lucha y buscando opciones que pudieran ayudar a potenciar de nuevo la marca, aparece el fondo de capital semilla llamado fondo emprender, el cual sería el potenciador que se buscaba, ya en un momento dado donde todo va bien, resulta que la persona que quería comprar la marca termina adueñándose de ella, registrándola de manera legal, volviéndose el problema más grande dentro de la marca, ya que al iniciar con el fondo y estar registrados iba a ser un problema demasiado grande.
Después de todo esto, Javier Cifuentes, el dueño de Drove, le tocaría averiguar quien había registrado la marca y proceder a recuperarla, después de muchas llamadas.